No duermo
Nunca duermo
Sin embargo
Sueño
Con nubes inmensas
Espejos cóncavos que nos llevan al infierno
Soledades Rojas
Suaves
Silenciosas y quizá… licenciosas
Perennes
Como estas hojas de otoño
Que se empeñan en cubrir mi sexo
Como si fuese pecado desearte
Desearme
Desearnos
Pobre Eva
Gime y llora la inocencia impuesta
Adán el sabio
Se aleja de la guerra
No caza dragones
No salpica de azahares su piel ardiente
Más no aguanta la sed
Esa sed que lo corroe y lo lleva al destierro
Ciego y descalzo
Atraviesa el desierto blanco
Se pierde en ella
La nombra y cae
Oasis incierto
Oscura ambrosía
Que sacia su hambre
Y exilia su ser
Ahora lo sabe…
Aún en la caída…
No existe dolor más hondo que el de la incertidumbre
Ni mayor gloria, que caer rendido ante la belleza
©Mercedes Mayol
Copyright Buenos Aires
Nocturna 03 de abril de 2014
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