Las tibias luces del atardecer me envuelven en este tórrido verano. Apoyada casi inerte sobre esta ardiente masa de húmedo cemento, que retiene el calor casi como una burla ante el frío que siento en mi alma…tu te has ido y te has llevado las luces del día que alumbraban mi corazón…no puedo moverme, no puedo casi respirar…no se como seguir adelante sin el sonido de tu voz arrullándome en las noches. Las luces ya no están, solo queda el débil reflejo de las farolas derramándose en el puente, donde me dejaste atrapada en el tiempo…aquí encerrada en esta burbuja, sin mas compañía que mis recuerdos, recuerdos de sonrisas huecas y sin fuerzas hacia el final de este gris destino que se contrapone ante los recuerdos de dulces caricias que solo acrecientan mi desasosiego…no se como salir de aquí…no se como continuar…miro mi reflejo tembloroso y oscilante en el agua turbia de un río de ocres colores que me ofrece descanso ante el dolor que siento atravesar mi corazón…y mas por cobardía que por valor me niego a escuchar el murmullo repetitivo de un umbral que no me atrevo a cruzar, como antaño no me atreví a enfrentar la triste realidad que mostraba tu mirada…el desierto desganado de tus besos que se extendía frente a mi. Mas cerré los ojos para no ver…seguí caminando como si ese desolado sendero fuese en verdad un vergel de rosas y húmedos bosques, engañándome a mi misma, mintiéndome descaradamente como si pudiese borrar con la ignorancia las imágenes de un sucio espejo. Hoy, aquí, de frente al destino…mirando la ciudad iluminarse lentamente a lo lejos…me pregunto, quien soy…donde he dejado mi alma…las horas pasan, y el calor desaparece, la suave brisa comienza a acariciar mi cuerpo destemplado…el cielo se cubre de grises nubarrones y las primeras gotas de lluvia se ciernen sobre mi…mas triste no puedo estar…yo soy la tristeza misma. Sin embargo siento una extraña paz crecer dentro de mi, como si tu ausencia reforzara mi presencia…vuelvo a ver el río y sus murmullos ya no me son tan seductores. Miro la ciudad iluminada por las luces llenas de artificios…lejana y cercana a la vez, como tu, como yo…como miles de seres que se rozan a diario sin saber de la existencia del otro…las puertas se cierran, las ventanas se abren, los amantes gimen ocultos en las sombras de esta tibia noche de verano...y yo…aquí…sola en mi soledad, revestida de tristeza, inundada de lágrimas ante el hecho irreversible de saber que ya no volverás…Quien soy…y donde iré ahora que mi hogar ha mudado su sentido…mi imagen tiembla en las oscuras aguas con la misma intensidad que la imagen de una luna que se abre paso entre las nubes cargadas de lluvia…ella se resiste a dejar de brillar, se expande e intenta desesperadamente mostrarse imponente y orgullosa a pesar de los limites que le impone esta frontera…comprendo de pronto esa sensación, rebeldía, enojo, frustración…todo se vuelve claro de pronto…todo comienza a verse diferente…mi imagen ya no tiembla…por que he encontrado mi alma agazapada en su reflejo…si, allí estoy, sola con mi imagen de ocres templanzas…sola ante el destino que se abre frente a mi…ya no tiemblo, las lágrimas han dejado paso a la soledad…mi cuerpo ya no siente el calor de tu piel alejándose de mi…nunca fuimos dos, siempre he sido yo…tu existías en mi por que estabas en mis sueños…por que te veía como un cántaro de agua clara cuando en verdad no eras mas que un invento aletargado de mi miedo a la soledad…no, no éramos nosotros, era solo yo…creando castillos colmados de dragones y caballeros sin saber que en verdad estaba prisionera en la fría torre de mi propia ceguera…suplicando que me rescataras de mi misma, cuando en verdad la única dueña de la llave que podría liberar mi alma moraba en lo mas profundo de mi corazón…no eras tu, ni ningún otro el poseedor de tan preciado tesoro…era yo…la torre y fortaleza que ocultaba mi destino…dueña y señora de todos mis secretos…artífice de mi alma…creadora de mis sueños…yo…sin mas velos que aquellos que me cubren de silencios…
He dejado mi reflejo atrapado en las aguas ocres de un tembloroso río…he encontrado mi alma…he encontrado el camino.
Mercedes Mayol
Fotografía gentileza de Anciano Mina
Hermoso
ResponderEliminarte quiero <3
ResponderEliminarGracias, la felicidad del escritor reside en la ilusión de saber que sus letras rozan el alma de aquellos que las leen.
ResponderEliminarUn beso
de todos los fuegos el fuego, dice la frase, aquí, leo esto, y me veo a mí, a tí, a aquel. Cansado de esta carga, trato de dejarla de lado, al costado del camino, pero allí hay un duende que se llama esperanza, que hace que mi angustia por ahi se debilite.
ResponderEliminarYo no te felicito, yo creo que has sido tan honesta, que me considero parte tuya, de todos estos que conformamos "rara avis". Muy lejos del arrepentimiento, ni la belleza ni la locura, nos zafa de esto, parecemos hermanos en brazos con lo que has escrito. Julio M. Panchuk
sacar esa masa gnostica del ayern en un òleo tibio de tintas calientes, es magnificar el alma... exquisito
ResponderEliminarGracias =))) <3 <3 <3
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