Tu recuerdo sumerge mi alma en mareas dulces de tibios sueños…
Tu voz aletargada tiñe mis silencios de rojos carmesí…
Eres como un vino añejo que arrullado por las suaves sinfonías de la brisa, revela ante el tiempo su nobleza…
dejando su huella, habitando dócilmente mi memoria…
Tu bella mirada aún humedece mi piel con la savia ardiente de una vida que se aleja…
Y en un rincón de mi ser, mis ansias escapan de estos labios hoy resecos,
añorando aún tus besos…
atrapando en el recuerdo de tu aliento mis deseos olvidados...
Hoy… mi cuerpo sabe a tierra…
mis manos son surcadas por las huellas de un destino escrito en sangre y barro…
mis ojos casi ciegos beben horizontes amando el crepúsculo que te acerca y temiendo la alborada que se empeña en alejarme de ti...
mas tu aroma aun persiste…
susurrando tu nombre en los ecos silentes de mi cuerpo yermo…
© Mercedes Mayol
Copyright nocturna 15-03-2011
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