Y esta ciudad insomne busca tu destino en las memorias de mi olvido.
Las luces pasan raudas a través de los cristales,
borrosas e informes como el manto tibio que mi aliento deja en su inmutable superficie.
Las aves se esconden tras los vidrios rotos de un caserón en ruinas,
anidando en las esquirlas,
susurrando los acordes de viejos sueños.
Hace frío,
y mis suspiros se pierden devorados por los ruidos sordos de las ruedas sobre el pavimento mojado.
Se me antoja extraño mi propio hogar,
como si esta ausencia dejara en el,
huellas de un sendero de pálidas melancolías.
Nada saben de ti,
sin embargo, en cada esquina, veo tus ojos arropados en la sombra.
En cada latido que habita mi pecho,
tu nombre se agita enredado en mis miedos.
Los segundos se estrellan,
desgranan las horas
y tiñen de eternidades este agónico amanecer
que se aleja caprichoso y arrogante de este corazón anegado de esperanza.
©Mercedes Mayol
Copyright 02-07-2011
Estupendo poema, Mercedes. Me ha gustado mucho. Un saludo.
ResponderEliminarMeche, me encanta el poema. En el carro no puedo apreciar todo el blog, q sí lo haré, en casa.un abrazo y q viva la poesía
ResponderEliminarPrecioso poema, muy bien narrado. !Me emcanta tu blog!
ResponderEliminarMuchisimas gracias ♥♥♥♥
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