• La utopía está en el horizonte

  • Cotidie morimur, cotidie conmutamur et tamen aeternos esse nos credimus.

  • Me preguntan porqué escribo…Para borrar con los dientes, lo que escribí por orgullo

  • Somos un soplo de inocencia en medio de la oscuridad.

  • Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma

    Carl Jung

miércoles, 26 de octubre de 2022

Ingravidez

Posted by Mercedes Mayol 10:14:00




Caigo
Y me detengo a medio camino
Entre la noche y la luna
Entre tu sombra y la mía
Soy
La loba blanca
Con las fauces abiertas
La tormenta que espera
A que te des cuenta
Que la lluvia y el viento
Rugiendo bajo tu almohada
Soy yo

©M.V.Mayol


jueves, 1 de septiembre de 2022

Partir-se

Posted by Mercedes Mayol 9:05:00


Hay instantes dónde quisiera huir
De mí
Del mundo
De la tierra bajo mis pies
Del cielo sobre mi cabeza
Dejarme atrás y no volver a verme o reconocerme
Pero no puedo y no quiero
La ceguera duele más que la verdad
Huir es partirse
Y hoy me ví...
Entera
Inmensa
Pequeña
Diminuta
Una célula
Hueso a hueso
Sangre de mi sangre
Dolor y placer
Lágrimas y risas
Luces y sombras
Oscuridad y belleza
Silencio y gritos
Un aullido en soledad
Hay instantes sí,
dónde quisiera huir
Pero me descubrí universo
Un sendero de polvo y estrellas
Y no hay dónde ir
Salvo (o a salvo)
Dentro de mi

M.V.Mayol
Partir-se


jueves, 3 de junio de 2021

Vacío

Posted by Mercedes Mayol 11:11:00

 


Estás

Ocultando tu dolor en las lágrimas de otros

Corriendo para llegar a un ático vacío

Para arrancar una a una las espinas

De una rosa alimentada por el humo

que otro exhaló en esa calle sin nombre

Recuerdas, recuerdo...

Y abro la puerta

Espero

Te busco

No sé que esperaba

Tu alegría ya no está

Solo queda el miedo y unos naipes que caen temblorosos

Un mensaje en letras rojas que soñaste alguna vez

Tus hombros son la almohada donde reposan las notas de una llamada perdida

De una melodía que no podés escuchar

Los silencios se apagan entre mis piernas

Se derriten en mi lengua

Un lago gris se extiende más allá de vos

Estabas y ya no

Alguien te robó esa frase

Aquella que murió antes de nacer

Todavía esperás a que alguien te nombre para existir

El tiempo se acaba

Y yo me quedé sin palabras

Copyright

©Mercedes Mayol Poetry


Buenos Aires, 2 de junio 2021

#ausencia

#vacuo

#vacio #vacuidad #poemas #poetry #poetrycommunity

 

jueves, 29 de abril de 2021

Rebeldía

Posted by Mercedes Mayol 17:05:00

 


Sí, estoy buscando como vos el origen de las cosas mientras el mundo se deshace a mis pies.

Una partícula nos silenció y en ese silencio me escuché hablar con alguien del pasado que supe ser y no reconocí, pero comprendí.

Es curiosa la vida con el diario del miércoles entre mis manos.

Me leo despacio mientras la luna gotea en mi almohada y un gato se acurruca entre mis piernas.

Sabemos, supimos, sabremos.

Sobrevivimos a los que sobrevivieron.

Aún estamos aquí, con otras sombras, otras luces y una libélula rebelde revoloteando sobre un mundo que se niega a caer.

 

©Mercedes Mayol

Un 28 de abril de 2021 mientras Drexler canta y habla de las décimas y me emociono.

#rebeldia

#sobrevivientes

#mundo

#poema

#poetrycommunity #poetry #poesia #drexler

viernes, 5 de marzo de 2021

Un cielo sin techo

Posted by Mercedes Mayol 20:27:00

 


El mundo nos sostiene
A vos
A mi
En un abrazo
Mirando de cerca tus zapatos y mis labios
Una partícula de realidad se extiende entre mis dedos
Se escurre llevándonos al vacío
Un beso pende de tu boca
Pero mi cuerpo sabe,
no es ahí ....
La esperanza no habita esta piel sin horizonte
En este muelle que no se aferra a ningún lado
Mis piernas no son el fin de tu viaje
Ni una ruta sin escalas al infierno
La libertad vive en mi y yo en ella
Y no se como explicarte
Que se me hace imposible
Escribir un poema de amor
Donde yo sea el fin de tu camino
Porque hoy me siento infinita
No hay techo en este cielo
Y sin embargo nos sostiene
By Mercedes Mayol
#poema ##poetry #poetrycommunity #sky

 

sábado, 26 de diciembre de 2020

Paradisum

Posted by Mercedes Mayol 17:27:00

 


El agua bajo mis pies

Salubre inocencia danzando alrededor de una hoguera

Aquelarres

De sensual ignorancia

Invocando en un mar de lunas

Agua, tierra, aire y fuego

Un conjuro, un casi tan dulce y húmedo

Como el preludio de la miel en mi lengua

Éramos felices sin saber…

Que la orfandad desbordaría

Que la tristeza anidaría

Y que el oriente traería y se llevaría consigo

La vida y tal vez el camino

Quid pro quo

El tiempo amo y señor de estos pies descalzos

Las palabras enjauladas dentro de una mordaza

El miedo, el desconcierto

Y aquella arena presente  y a la vez tan lejana

Quietud, silencio, pausa

¿Dónde ir cuando solo queda este instante?

Lej lejá…

¿Qué significan la pérdida, el amor, la esperanza?

¿Y la búsqueda?

Un sentido no sentido

Mirar sin ver  ya no es una opción

Dime…

¿Cuánto vale un abrazo?

Un balcón con flores

Un café en la terraza

Una charla porque sí

Un “traete tu mate y hablemos”

Un silencio compartido

Una risa

Un beso

¿A cuánto cotiza hoy el amor?

Agua, tierra, aire y fuego

Presente, yo invoco

La rebeldía, la risa, la pasión y la alegría

Instante perpetuo,

En el ahora me veo,

En el ahora me encuentro

Si, la vida florece salvaje

En mi propio Edén.

Si, hoy… me convertí en paraíso.  

©Mercedes Mayol

Paradisum

26-12-2020

 

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Hace falta un virus

Posted by Mercedes Mayol 19:37:00

 



Hizo falta un virus para detener nuestro mundo y este mundo… en verdad nunca fue solo nuestro.

Hizo falta un virus para darnos cuenta de que lo único constante y real, es el presente, para comprender que no somos todopoderosos sino todo lo contrario.

Que el dinero no vale nada si no estamos vivos.

Que somos tan frágiles como las alas de una mariposa y tan insignificantes como una mota de polvo en medio de un desierto.

Hizo falta un virus, para mirarnos a los ojos y mirar nuestro reflejo en el espejo sin poder huir a ningún lado por la prisa.

Hizo falta un virus para tener que estar a solas con nosotros mismos y escuchar lo que durante años nos decíamos a gritos.

Hizo falta un virus para valorar a nuestros seres queridos y disfrutarlos o darse cuenta que los estábamos padeciendo o que ese padecernos, no era nuestro únicamente.

Hizo falta un virus para estrellarnos contra nuestra honestidad y aceptar quienes somos y qué hacemos con lo que tenemos o darnos cuenta… que ya lo perdimos.

Hizo falta un virus para darnos cuenta que lo único que está en nuestras manos es lo que hagamos en este instante que ya pasó mientras escribo esto.

Hace falta un virus…

©Mercedes Mayol

jueves, 4 de junio de 2020

Anatomía de la angustia

Posted by Mercedes Mayol 16:15:00


Estoy parada haciendo fila junto un muchacho al cual solo puedo verle los ojos por el barbijo y la distancia “social”,  ambos miramos con ternura a un bebé camina junto a su madre, trata de ayudarla, lleva en sus manitas una botellita de agua que se le cae y vuelve a levantar. La madre carga un bidón más grande y es que a alguna mente brillante se le ocurrió meterle más cloro al agua corriente que es intomable, que produce gastritis y diarrea.  Al final pienso, Trump lo sugirió y nuestra mente brillante lo llevó a cabo. Es entonces cuando la ternura se quiebra, cuando el muchacho de los ojos marrones se da vuelta, mira la parcialidad expuesta de mi rostro y dice:

-          Yo no quiero traer hijos acá.

Las imágenes del mundo me abruman, la maldad, demasiada maldad toda junta pasa como una película rápida de un espacio a otro de mi mente,  se me hace un nudo en la garganta hasta que puedo preguntar.

-          Te referís a este mundo?

-          No, me refiero a esta ciudad. No tendría hijos en esta ciudad ni en ninguna otra. Me iría afuera, soy de Madariaga- dice

Y luego entra al cajero dejándome con la imagen de Madariaga y el tipo al cual un policía le sacó un ojo y eso desata el infierno de lo que veo a diario: los policías de Chaco rociando con alcohol a una familia Qom y preguntando ¿Quién les prende fuego?, de las revueltas, saqueos y la brutalidad psicópata de Trump luego del asesinato de George Floyd, de las respuestas a los posteos de las redes sociales diciendo “Si se resisten, se lo merecen”, del fiscal Rivarola diciendo que una violación en manada fue un desahogo sexual, hasta cuando me pregunto se van a desahogar con nuestros cuerpos, hasta cuándo van a seguir matando trans con una expectativa de vida de 25 años de las que nadie habla, hasta cuándo vamos a seguir temiendo caminar en las calles, hasta cuando voy a sentir ese alivio opresivo cuando mi hija abre la puerta de casa y pensar, dios mío no le pasó nada, hasta cuando voy a pensar en que si tuviese una pareja no lo traería a casa porque es hombre y tengo una hija y temo no detectar con suficiente rapidez que tal vez sea un psicópata o un violador. ¿Hasta cuándo vamos a vivir en el miedo?.

Termino el trámite, camino despacio a casa cruzándome con la parcialidad de los rostros, mientras voy preparándome mentalmente para el ritual de sacarme el barbijo, limpiarme las suelas de los zapatos en el trapo con lavandina, lavarme las manos, las pocas cosas que compré, me preparo para entrar en la burbuja, en esa burbuja que llamo hogar y que fue siempre refugio de amigxs, de adolescentes perdidas, ese hogar carente de juicios y hoy me doy cuenta que a pesar de ser tan luminoso, padezco de ceguera selectiva.

No quiero vivir así, no quiero no poder abrazar, no quiero ver parcialidades, no quiero vivir en una burbuja por más bella que sea, no, no quiero muchacho de ojos marrones vivir en este mundo. No así. Y entonces me derrumbo llorando en el sillón, aplastada por la impotencia, tratando de encontrar alguna luz en algún lado, y abro el chat para ver si algo o alguien me saca de este horror y me devuelve la esperanza, pero no, no sucede.

Alguien dice en el chat que los que sufrimos somos nosotros, que los pobres están acostumbrados, que ahora nosotros somos pobres y pienso encadenada a la náusea que no, que nosotros no conocemos la pobreza, que hay gente que no tiene techo, ni agua aunque más no sea la saturada de cloro, que no saben si podrán comer hoy, que están rodeados como guetos por un ejército que intenta contener el virus o la miseria o el horror para que nosotros, los de los barrios más o menos privilegiados  no tengamos que ver a los que de verdad la están pasando mal, caminar por nuestras calles. No es cierto que somos iguales, o que tenemos las mismas oportunidades, que no es lo mismo ser rubia y de ojos verdes, delgada, bien vestida, bañada y perfumadita para salir a buscar un laburo. No es igual si ese mismo ritual de salir a buscar laburo, lo hace un otro de la villa que no tiene agua para bañarse, ni hablar de lavarse las manos, ni de la ropa o portación de cara, ni hablar si además sos gorda, trans, boliviano, peruano, paraguayo, diferente en un mundo que se divide entre ellos y nosotros, obvio, más para nosotros que pertenecemos al mundo regido por un capitalismo héteronormativo, patriarcal, desigual, con posibilidades tan básicas como comer al menos dos veces al día, estudiar sin hambre, sin estar rodeados de otros desesperados, rodeados de los dealers  que como buitres sobrevuelan para aprovecharse de la miseria carroñera, o de la policía que los detiene por escoria, o de una ley infame que no permite a los padres que se ayude al que cayó en las drogas y está perdido porque ahora resulta que el enfermo es el que decide si quiere o no salvarse.  

Nadie debería acostumbrase a eso. Nadie se acostumbra, se sobrevive…si tiene suerte.

Tiro el celular y cierro los ojos, los cierro tan fuerte que me duele el alma. Lloro, y pienso en que no, no quiero vivir así, y me ahoga la culpa de aquellos, los otros que si tienen derecho a llorar. Los otros que no son más que una circunstancia diferente a la mía, porque  tuve la suerte de que me tocó una buena mano en la tirada de Dios y sus dados. Siento que no tengo derecho a quejarme a pesar de estar sufriendo, siento que mi sufrimiento está cargado de banalidad y el de ellos no. No puedo olvidar esa pregunta tácita que hizo Jane Elliot: Póngase de pie al que le gustaría que lo traten como a un negro, como a un pobre, como a un trans, como a un gordo…Obvio, nadie se puso de pie y yo tampoco lo hubiese hecho, porque sabíamos lo que pasaba y pasa y miramos para otro lado. Ceguera selectiva o complicidad en el horror. Recuerdo las veces que un otro que vendía trapos de pisos, o medias o pedía por la calle se me acercaba y yo contestaba con ese no firme y despectivo que disfraza el miedo de que me contagiara su miseria, y a mis hijos que me decían: mamá, está vendiendo, tratando de sobrevivir como puede, ¿No te das cuenta? no le hables así, se amable. Y no, no me quería dar cuenta y hoy siento vergüenza.

Hoy me recuerdo que todo pasa, y si, todo pasa pero esta vez, no sé cuál será el mundo al que salgamos. Siento miedo. Nada será igual, eso es real, hay cosas que ya no estarán, como mi mamá por ejemplo a la cual pude despedir pero esta pandemia no me permitió llorar lo suficiente. Ella no va a estar en este mundo diferente al cual saldremos, y sentir esta orfandad me ahoga. La sueño, la sueño seguido y bien, sueño que me dice mientras acaricia mi cabeza,” tranquila, no es tan malo”, siento al despertar un aroma a vainilla y coco que solo vive en mis sueños con ella. Aún conservo su saco en el respaldo de la silla donde me siento a escribir, como si ese objeto de lana que usaba, conservara algo de sus abrazos y me calma. Sé que aún estoy en duelo, pero a ese duelo de orfandad se le suma el duelo de que el mundo a mi alrededor se está cayendo a pedazos, que las estructuras que conocía ya no me sostienen porque también están muriendo.

Que me dio la cuarentena? La visión, la náusea y la angustia.

Lo más difícil ante estos tres regalos, es quedarse quieta, no seguir ese impulso de huir y volver a la ceguera, dejar que esta angustia me habite hasta que…no sé, tal vez hasta que me permita seguir viendo lo que durante años no quise ver porque era más cómodo, o cuando podamos salir a la vida, que no permita que me olvide de todo lo que esta pausa obligada, quietud, confinamiento, me obligó a ver.

La utopía se me muere entre las manos.

Bienvenida al mundo real.  

 

 


domingo, 8 de marzo de 2020

Por qué no hay un día del hombre también?

Posted by Mercedes Mayol 13:52:00




Hoy es el día de la mujer, algunxs me preguntan por qué no hay un día del hombre también o a qué viene la moda esta de la lectura feminista o de género. Les respondo: Quizás porque los hombres no son asesinados, violados, descuartizados, quemados, ni el estado ni la iglesia les dice que hacer con sus cuerpos por ser hombres. Tal vez porque no fueron apoyados y tocados sin su consentimiento en los servicios públicos o en la calle, ni les mostraron los penes mientras se masturbaban frente
a vos, o porque no tienen miedo de caminar por la calle o viajar solos y no se ven obligados a llevar un gas pimienta en el bolsillo, o cuando usan estas redes para conseguir pareja no les viene el pensamiento recurrente de "tiene cara de violento" o creo que será mejor si me encuentro de día y en un lugar público por las dudas y mejor le mando la geolocalización a otra amiga por si me pasa algo. Tal vez porque aún perdemos hermanas y aún siguen habiendo femicidios, más de dos por día y esto incluye a la comunidad trans de la que nadie habla. Comunidad que debe ser llamada comunidad, onda gueto porque según la consigna de la heterosexualidad la normalidad y el ser humano pasa por lo que hace con su cuerpo un otro que como nosotras es discriminado y violentado por ser quien es y así no debería ser, poder ser quien sos sin etiquetas ni diferencias en el trato es un derecho. Siempre me pregunto si sos creyente, si te preguntaste alguna vez, qué sexo tiene el alma? o el espíritu? quién dice que dios es hombre?
Tal vez porque a pesar del tiempo en que vivimos, seguimos siendo la mujer de...y no Mercedes, María, Juana...una mujer simplemente una mujer. Tal vez porque si sos mujer y tenés una sexualidad libre y abierta seguís siendo una trola, una puta, esa que no tiene derecho a decir no " si te la estás buscando" dicen, mientras vos sos el campeón, el vivo, el más capo de tu tribu.
O quizás porque en ciertos ámbitos de elite como la medicina, hay rituales machistas que te hacen pagar derecho de piso en la residencia y esos derechos de piso incluyen violaciones, abusos o simplemente que a diferencia de los hombres para aplicar a un puesto en un hospital te pregunten hombres, si pensás quedar embarazada y si dudás o decís que si, quedás excluída y esa carrera por la cual luchaste 12 años se va a la mierda. Porque a nosotras nos pagan menos a pesar de estar mejor o igual de calificadas porque portamos tetas y una vagina en vez de un pene. O algo más trivial pero no menos grave, que te digan como deberías vestirte, o como comportarte, o como deberías verte o pesar para entrar dentro de los cánones de una belleza que viene mutando a lo largo de los siglos y es dictaminada por hombres y un capitalismo patriarcal nauseabundo.
Hoy es el día de la mujer por todas esas cosas y más. Hoy las marchas son para decir basta, para luchar y parar de una vez las muertes de todas nuestras hermanas, para poder ser libres de decidir porque la esclavitud se terminó hace rato y nosotras aún seguimos estando cautivas de un sistema patriarcal perverso que nos enjaula como animales y dicta las normas de qué y cómo debemos ser. Hoy es el grito de las brujas que no pudiste quemar, descuartizar o matar. Hoy es el grito de las brujas poderosas que somos, que dicen BASTA y que está dispuesta a luchar hasta las últimas consecuencias para ser libres y orgullosas de ser quienes somos: Mujeres.
El empoderamiento no es una moda, es un acto de supervivencia.
Entre el 1 de enero y el 29 de febrero, hubo 63 femicidios en el país, es decir, uno cada 23 horas. Ahora, el dato es más escalofriante: se suma una víctima cada 14 horas solo en #Argentina. Hoy el día y la lucha es nuestra por todas estas cosas y más que seguro se me escapan, pero ahí están.
#8M2020


viernes, 15 de noviembre de 2019

Tiempo fuera

Posted by Mercedes Mayol 3:03:00



Comencé a hojear mi vida. Hoy. Ayer. Antes de mí. Después de mí. Dentro, fuera y detrás de mí.
Caminé siempre a tientas, ciega, sin forma ni sentido, con miedo, furia, recelo.
Vagabunda errante y errada, pretenciosa e ignorante.
Valiente y ausente. Indómita y resiliente.
Puse la otra mejilla.
Callé antes de esperar. Esperé antes de callar.
Grité cuando debí haber callado.
Me arrepentí después de haber gritado.
Lastimé y me lastimaron. Me ofendieron y ofendí.
Caí de mi orgullo.
Me arrastré.
Las rodillas raspadas.
La vergüenza.
Pantanos de sueños irreales parieron monstruos y realidades.
Devoré mariposas y vomité murciélagos.
Ay Caronte! me encontraste y me perdí.
Tomé la mano extendida y en algún momento la mordí.
No podía ver lo que esos ojos decían ver en mí, pero acepté mi ceguera, el dolor y te seguí.
Perderme fue mi camino.
Hoy hojeando mi vida vi, con mis propios ojos, estos, los míos:
Que veo, siento, estoy viva y ya no temo sentir.
Eram quod es, eris quod sum.


©Mercedes Mayol
Presente continuo
15-11-2019



lunes, 4 de noviembre de 2019

Soufflé de rosas

Posted by Mercedes Mayol 1:25:00


Cuando una obra es extraordinaria, entrás a un teatro o a las páginas de un libro y los sabés, lo sentís: no hay escapatoria, no se sale, no se vuelve, al menos no ileso.
Eso me pasó con Soufflé de rosas, la obra de teatro dirigida por Klau Anghilante y escrita por Cristian Cortés Galecio que se estrenó hoy en el @elvitralteatro con esta tremenda historia de dos mujeres, dos amigas, dos seres que se enfrentan a realidades tan distintas que se hieren y a la vez se espejan. El debo ser, los mandatos familiares, los prejuicios, la ceguera, la negación, la risa y la angustia de una existencia a veces autoimpuesta, se abren camino en ese escenario, intentando desandar los pasos que las protagonistas (Y nosotros mismos) dieron a tientas, para desprenderse de esa soledad que las habita aun estando juntas.
Cada escena es magnífica, estalla como esquirlas de un espejo roto, en donde todas las mujeres sentimos el dolor de vemos reflejadas de una forma u otra en esa lucha por arrancar los jirones que aún restan de una sociedad patriarcal que se niega a abandonar esta piel que nos protege, nos atrapa y a la vez nos exilia.
La puesta en escena es una obra de arte en sí misma, el vestuario, las luces, el sonido, la música y las actuaciones de actrices tan jóvenes como Mai Danchuk, Lulu Ney, Candela Cano, Ludmila Chernomoretz y Agostina Franco Bec impactan con su talento y sensibilidad. Todas y cada una componen una sinfonía, una coreografía dulce y dolorosa que deslumbra y hermana.
Advertidos están: Es imposible salir ileso de esta obra.
Decía Jung: El encuentro de dos personas es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman. Eso fue lo que sentimos, vibramos y sufrimos frente al escenario: Una transformación ineludible que nos condujo en un viaje hacia algún punto de nuestra propia historia, y esa transformación se reflejó en las risas, las lágrimas y en los aplausos espontáneos que no cesaron durante más de cinco minutos ininterrumpidos.
El arte es y debe actuar como la consciencia de la sociedad. El arte es denuncia, concepto, rebeldía y fuerza, y Peras al Olmo , ¡chapeau!, lo está haciendo realidad.
Pueden verla todos los domingos de noviembre a las 15 hs. en el teatro El Vitral:
Rodriguez Peña 344 a pasos de la avenida Corrientes.

Mercedes Mayol



lunes, 24 de junio de 2019

Siembra

Posted by Mercedes Mayol 13:12:00


Ya lo decía mi mamá cuando la tía Clotilde me mandó a estudiar periodismo a Buenos Aires, y lo más cerca que había llegado era a la aspiradora de la redacción del diario.
Y ahí estaba limpia que te limpia mirando a esa pobre chica tan triste y sola que me partía el alma. La pobre pasaba los días en ese escritorio adornado con porcelanas de gatitos y bailarinas y una maceta con una flor de plástico. No tenía ni una sola foto de nadie que la quisiera la pobre. Rubiecita y chiquita como una de esas muñecas de las juguetería que le mandaba a mi sobrina la Nelly cada vez que cobraba el aguinaldo, pero triste.
Como todas las noches después de que se iba, me ponía a limpiar el escritorio y me esmeraba ahí más que en cualquier otro a que le quedara bien lindo para darle aunque sea una alegría a la Carolina. Ella me trataba re bien, aún con esa sonrisa triste que tenía siempre me trataba bien y se acordaba de mi nombre. Decía, gracias Matilde, buenos días Matilde, buenas noches Matilde. Siempre tan buena ella, no como el de policiales que es un viejo malo y baboso. A ese le limpio lo justo e incluso le cambio las cosas de lugar cuando puedo aunque después putee y pregunte con esa voz de fumador asqueroso ¿Quién contrató a esta negra retardada?. Así me dice, negra retardada.  Yo sé bien quién es quién en este lugar. Lo tengo bien clarito y si el viejo me pide un café, se lo escupo antes de dárselo. Justicia divina. Ya lo dice diosito en la biblia: Recogerás lo que entierres.
Y así fue.  Anoche la vi irse llorando y en un acto, reflejo de la angustia por verla así, enseguida me puse a limpiar su escritorio. Le pasé la franela a cada una de las figuritas de porcelana, le pasé el Blem a la florcita de plástico hasta que quedó bien brillante y hasta limpié con limpiavidrios al monitor de la compu. Después levanté el teclado para limpiar abajo y fue entonces que sucedió. La pantalla se prendió y la carta estaba ahí a la vista de cualquiera. No tendría que haber leído pero me dio un saltito en el corazón de la emoción como cuando una ve una señal del cielo. Siempre estaba apagada y anoche se prendió solita. Si eso no es una señal, no sé qué sea. Y la carta decía así.
Mi amada Carolina
Hoy te vi pasar otra vez y desee con desesperación tenerte cerca para decirte todas las cosas que siento. Ambos estamos solos y somos incomprendidos. Esta distancia no hace más que acrecentar el dolor y la ansiedad de nuestra ausencia. Como siempre, me dejé llevar por el ensueño de tenerte solo para mí en un lugar donde nadie pueda interrumpirnos, pero como dije en las cartas que te he enviado, esto es un acto de a dos. Una palabra tuya y juro que nadie más te hará sufrir.
Tuyo siempre
G.
P/D: Lamento mucho lo de tu gato. Se lo que significa para vos.
Si hasta me la acuerdo de memoria de tantas veces que leí el mail del tal G con el corazón latiéndome como un loco, casi que podía escucharlo mire. Imagínese, dos almas solitarias sin amor separadas por el capricho del destino como diría Corín Tellado. ¿Por qué debería estar tan sola y triste con el amor llamando a su puerta? ¡Cuánto amor desperdiciado! por timidez más que seguro, porque otra explicación no había. Y él, ¡que caballero! No se iba a acercar salvo que ella le diga que sí. Hombres así no se consiguen fácilmente, no señor, este era un caballero enamorado y sensible que se conmovía hasta por lo que le pasaba al gato. Ya quisiera yo encontrar uno así y no como Ramón que solo piensa en comer y emborracharse en el bar mientras juega billar con los amigos. No señor, este no es como Ramón, es un hombre de verdad. Eso pensé y seguí limpiando y se me fue la cabeza imaginando a esas dos almas solitarias encontrándose en la plaza, besándose y llevando al gato al veterinario juntos de la mano. Las despedidas a la mañana en medio de risas y besos. Los paseos en bicicleta por Palermo. Si hasta me lo imaginé a él arrodillado pidiéndole matrimonio y la cara de felicidad de la pobre Carolina al decir que Sí. ¡Si quiero G. si quiero!
Y mientras tanto seguía limpiando, soñando y volvía a releer la carta y esa flechita que decía responder en la pantalla.
Cuando terminé de limpiar llamé a la Clotilde y le conté todo. Fue claro como el agua, era el destino. Diosito me había puesto allí por una única razón como decía ella, así que fui hasta el escritorio, escribí sólo una palabra: Sí y apreté la flechita de responder. Ahí fue derechito la flecha de cupido directo al corazón de G y Carolina.
Así como se lo cuento fue, comisario. ¿Cómo iba a saber yo, una humilde limpiadora que el tal G era un tipo que la perseguía y la iba a matar como había matado al gato?
¡Que tragedia!
No, si ya me lo decía mamá cuando la tía Clotilde me mandó a estudiar periodismo a Buenos Aires, el camino del infierno m´ija, está sembrado de buenas intenciones.
©MercedesMayol
Copyrigth Buenos Aires, 2019

sábado, 22 de junio de 2019

La magia del miedo.

Posted by Mercedes Mayol 18:10:00


Se abre la puerta 
Y la tentación sintáctica suspende el aire 
que sabe a electricidad y viento frío
Te siento más que escucharte 
Te acaricio sin rozar tu cuerpo revestido de historias
Y te saboreo, 
en esta copa de vino negro y dulce con el sabor inefable de las almendras amargas
Y mientras tanto, te retengo en ésta mirada que sé
(por suerte o cobardía),
no sos vos. 
Y sin embargo te siento.


©Mercedes Mayol





miércoles, 23 de enero de 2019

Dragonfly

Posted by Mercedes Mayol 23:28:00


Estoy construida de cenizas
De secretos que susurran en mi almohada
De verdades que se ahogan en silencio
El silencio que amordacé en la caída
Soy aquello que he callado y he gritado
Una soga que se acorta con el tiempo
Estos pies y este sendero solitario
En el que me postré por amor
Ante la duda y la muerte
Soy la cicatriz en el sino
La represa que construí con heridas
Una inmensa verdad
Que se agita en el viento
Soy…
Las letras que no escribí
Las palabras que callé
Mi verdad y también mi mentira
Soy lo que pude ser
Con las cenizas que me anidan

©Mercedes Mayol

martes, 18 de diciembre de 2018

Violencia

Posted by Mercedes Mayol 17:12:00


Escucho tus pasos en la escalera esperando en estas sombras que habitan mi agonía.
El tiempo se detiene cuando estás aquí. Nada se compara a esta sensación de angustia que corroe mis huesos, ni a estas mariposas amargas que tiemblan en mi vientre, ni a este sabor informe que llena mi boca dejándome paralizada. No, nada se compara a vos, me lo dejaste muy claro.
La puerta se abre y tu sombra me ahoga antes que tus manos. Las piernas se me convierten en barro. La boca se me seca, el grito muere antes de nacer y dejás en mi piel expuesta tu impotencia.
Es mi culpa decís, y yo lo acepto.
Debo arrodillarme pienso, hacerme un ovillo y esperar a que todo pase. Sí, eso es lo que hago. Huir no es una opción cuando la prisión está forjada de amenazas que silencian la inocencia.
Quizás si le dijera a alguien pienso, y escucho tu voz en mi cabeza: ¿Quién te va a creer? 
Mi cuerpo responde a tu olor, la sangre huye de mí cuando estás cerca exudando ese hedor agrio que desprende el miedo.
Mis manos conocen de memoria el camino de la vergüenza. Ante el rechinar de tus dientes responden por reflejo cubriendo mi rostro ante la humillación y la culpa.
¿Y a quién le vas a decir?
Pero no me ves, soy el lecho donde reposa tu ira.
No existís
Jamás me atrevería a decirte que soñé muchas noches con dejarte, con enfrentarte, con detenerte, con devolverte el golpe, con ser un monstruo al que seas vos quien temas.
Guardo muy profundo las veces que me paré frente al espejo repitiendo una y otra vez: Hoy es el día. Pero el veneno me paraliza y tiñe mis sueños de cobardía.
¿Y quién te va a aceptar así rota?
Los años pasaron y tu brutalidad quedó convertida en rutina, en sabor a sangre, en temblor  y silencio, en gritos encarcelados, en resistencia muda.  
Siempre se puede  soportar un poco más ¿verdad? Perdón. No es tu culpa, es mía.
Me acostumbré a todo hasta que dejé de sentir. Por ejemplo, hoy no siento el corazón endurecerse. No siento mis puños apretados. No siento esa sensación de culpa que suele habitarme.
Me veo sucia, como un espejo que refleja tu dolor y tu ira.
Somos víctimas de víctimas.
Miro a la gente pasar mientras late dentro de mí este secreto que me avergüenza y me pregunto ¿qué se sentirá vivir sin miedo? Sonreír porque quiero y no porque debo para que no te enojes. No tener que correr para llegar a casa a tiempo para evitar tu ira. No tener que pensar que debo decir para calmar tu furia.
¡Callate estúpida! gritás, pero ya no te escucho.
Ahora lo sé. Ya es tarde. Existe un mundo allá afuera y ni vos ni yo formamos parte de él.
Mis ojos se despegan, despacio, dolorosamente y me doy cuenta de que era tan simple: Nada allá afuera, puede ser peor que esto.
No sos la vida, vos sos el dolor y la muerte.  
¿Escuchás?, mi corazón ya no late al ritmo de tu furia.  Las rejas del miedo se disuelven y forman un escudo que me protege. La puerta se abre, extiendo mi mano y tomo otra que no es la tuya. Doy un paso, vacilante sí, pero es mío y no estoy sola, somos muchas, somos todas.
Hoy es el día y vamos por vos.

#NiUnaMenos
©Mercedes Mayol

domingo, 31 de diciembre de 2017

Feliz presencia

Posted by Mercedes Mayol 13:20:00

Hay quien dirá que éste es un cambio de ciclo ficticio, que según éste calendario o aquel, no termina ni comienza un nuevo año. Aun así, es indudable que en nuestra mente se produce un quiebre, un cruce de fronteras, una encrucijada en la cual nos detenemos al menos por un instante a revisar lo vivido y a soñar que después de las 12 todo cambiará y será para mejor. Comemos las 12 uvas, damos un paso con el pie derecho, rompemos algún plato, quemamos cartas enviadas al destino con todo aquello que queremos dejar atrás. Las tradiciones son infinitas, tanto, como nosotros mismos, nosotros, los que cruzamos la frontera temporal y relativa del tempo, del pasado al futuro sin detenernos en el ahora. En medio de la vorágine, es indudable que al menos por segundos, la reflexión se hace presente y no es algo que podamos evitar. Sonreímos por las buenas cosas que nos pasaron, fruncimos el ceño por las que consideramos malas y nos juramos no volver a pasar por ahí. Da igual si lo hacemos o no luego, lo importante es ese momento de reflexión, ese apoderarse del tiempo que poseemos solo nosotros, los humanos. Por todo esto que pienso mientras ordeno mi casa, mis sentimientos y pensamientos, les deseo de todo corazón, que ese instante dure algo más que unos segundos, porque de esos segundos depende quién cruza la frontera relativa de un tiempo a otro. Les deseo que puedan dejar atrás los “debo ser”, esas deudas que a veces ni siquiera nos pertenecen y aun así pagamos sin pensar. Les deseo que miren a su alrededor y comprendan que en este mundo, es difícil estar solo, que los que ya no están en nuestras vidas, aquellos que extrañamos, desearían que fuésemos felices y los recordemos con alegría. Les deseo que puedan soltar lo que ya no nos pertenece, por algo nos hace daño.
Les deseo a todos muchos “quiero ser, vidas, amor, risas, abrazos, sentires, asombro, viajes, aprendizajes, fuerza y tolerancia”.
Les deseo… estar presentes.
Agradezco a Dios todo lo vivido y por vivir.
Feliz instante, feliz fin de año, feliz 2018.
M.
31-12-2017


domingo, 12 de noviembre de 2017

Prefiero olvidar-me

Posted by Mercedes Mayol 13:53:00

Me he olvidado
De cambiar el vino por la sal
El mar por mis escombros
De lamer mí sombra para nadar en tu espanto
Y cifrar los mensajes
Que la borra del café
Esboza en tu lengua
Me he olvidado de quien soy
De quien eres
O solíamos ser
Y confronto
Tus olvidos con mis no recuerdos
Me he olvidado de la crueldad
De amar-te
Inexcusable esta piel
Que se inmola en el sino
Y se convierte en olvido

Alea iacta est
©Mercedes Mayol
Copyright 12 de noviembre de 2018
Photographer Andrea Maino / model: Deborah Parscesepe

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