Cada casa
es un mundo, un mundo complejo y que persiste a pesar de nuestra ignorancia.
Mundos a los cuales juzgamos desde el cristal espurio de nuestra ceguera, sin
cuidado y sin razón aparente, nos convertimos en verdugos pares, como si
aquello que derraman nuestros labios fuera una ley de un Dios creado por el
solo hecho de ser.
He visto el
dolor en los ojos de otro, en su dolor me reflejo y comprendo, he visto las
lágrimas brotar a pesar de la vergüenza y esas lágrimas aliviaron mi propia
cobardía.
Quiera
Dios, el único, el verdadero, que mi corazón sea capaz de aprender. De mí, de
otros, de todos, en cada paso que doy, en cada instante que vivo, en cada
rostro que observo y en el cual me reflejo, pues de pequeños destellos se
alimenta mi alma, y en esos destellos hoy me descubro envuelta en la más
extraña ignorancia. Hoy mi dolor se alivio al escuchar tus penas y agradezco
ese privilegio que me ha sido concedido.
Ahora estoy
aquí…mañana puedes no estar y quizás sea demasiado tarde para poder extender mi
mano y dejar en tu alma una caricia que alivie el dolor de ambas…para eso
estamos en este navío que navega sin timón en medio de estos mares de
bellas tormentas y dulces tempestades…
Abre tus
ojos, respira profundo…lo ves?...en un día claro se puede ver la eternidad y solo
tenemos esta pequeña gota de tiempo para compartir…no dejemos que vivir sea en vano…
©Mercedes
Mayol
Copyright
09-01-2012
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