Ella caminó despacio,
leyendo en sus manos el secreto insomne de una vieja herida
Desprendió sus alas, hundiendo sus pies en la hierba
sedienta
Desnudó su cuerpo de viejas pasiones, de antiguas ofrendas
Surcando la luz que del sol se escapaba cazando promesas
Ella suspiró la aurora, las risas, el llanto, la luna y la
tierra
Buscando el refugio de tibias cenizas cubiertas de estrellas
Navego en el viento, buscando vestigios de antiguas
tormentas
Abrazando fuerte el corazón inerte de un ave sin alma
Y fue en ese rito de murmullos quietos, de voces en llamas
Que comprendió de pronto que el sol se marchita ante miradas
vanas
Que el amor dibuja el destino incierto de un sendero de agua
Que las humedades son solo caricias perdidas del aire
Que el dolor es eso en donde sus raíces vuelven a encontrarse
Que dar sin motivo es la huella inmortal de los seres buenos
Que no importa el donde, el como, ni el cuando,
Sus sueños despiertan si grita su nombre.
Ella caminó desnuda, sin pieles ni abrigos, con su sombra en
calma
Con el pecho abierto sintiendo la aurora latir en su alma…
©Mercedes Mayol
Copyright 15-08-2012
Este poema habla por mi. Me interpreta de una forma en la que mis propias palabras no pueden comunicarlo.... Muchas gracias
ResponderEliminarA ti preciosa!! un abrazote gigante!!
ResponderEliminar