Una vez fui tormenta, seducción absurda, mentira violenta,
esperanza cruel, belleza siniestra.
Los brazos de la noche devoraron mi tibieza y construyeron una torre de espinas en mi alma…
Los brazos de la noche devoraron mi tibieza y construyeron una torre de espinas en mi alma…
Me entregué a la oscura y fría sensación de no sentir la
vida,
de ya no ser.
Me lancé al abismo etéreo de la nada mientras los hilos afilados del recuerdo
abrían surcos lacerantes negándome la calma
de ya no ser.
Me lancé al abismo etéreo de la nada mientras los hilos afilados del recuerdo
abrían surcos lacerantes negándome la calma
la bruma apareció...despacio, envolviéndome como un fuego
fatuo de grises esperanzas, cada paso, era un desgarro cruel donde las pieles desprendían
su desgano carente de lujuria
donde cada latido era un disparo siniestro a la razón,
resquebrajando el débil cristal de la cordura
con los pies sangrantes avancé a tientas entre las tinieblas, tropezando con mis miedos me fui de bruces sobre el fango
con los pies sangrantes avancé a tientas entre las tinieblas, tropezando con mis miedos me fui de bruces sobre el fango
hundiendo mis manos, enterrando el dolor y bebiendo la hiel
que escapaba del desprecio. Si, moriré esta noche, lo se...siento el gélido
aliento de la parca en mi boca...la ira y la impotencia son mis compañeras de
viaje y...
…cual sayón aguardando con paciencia a las puertas mismas
del cadalso, se desliza sigiloso hacia mi encuentro el infortunio.
Trémulo de pavor ensombrecido, a la hora del ocaso desfallezco y así, asfixiado
en el sórdido paisaje, aspiro el hálito letal de su condena…el fracaso.
Trémulo de pavor ensombrecido, a la hora del ocaso desfallezco y así, asfixiado
en el sórdido paisaje, aspiro el hálito letal de su condena…el fracaso.
Dardo César Bustamante & Mercedes Mayol
Copyright 23-05-2012
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