Una lágrima extendió
sus alas
y emprendió vuelo posándose
en su cuello
Su frágil corazón de rojos
carmesí
escuchó sus secretos
escondidos en el alba
Susurró el nombre de
los Dioses dormidos
y ocultó en su pecho
los dolores perdidos
Su alma se enredó en su
pelo
Su sonrisa en la
esperanza
Su tristeza en las vertientes
de promesas
herrumbradas
y una noche en que la
luna
en sus manos la arrullara
en la hoguera del
silencio
la musa liberó su
alma
y olvidando su
condena
en su voz encontró la
calma.
©Mercedes Mayol
Copyright 22-05-2012
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