Trepa tu
voz por mi espalda
de nácares y
espejismos
En las alas
de mi almohada agonizan tus sentidos
Debajo de
tibios velos hoy se esconden tus suspiros
y mis
gemidos se enredan en las hebras de tu olvido
Tiembla mi
alma en tus manos
Muere mi
cuerpo en tu exilio
Si hoy tu
boca me acompaña
a las
puertas de este abismo
soñaré que
en la mañana
he bañado
de humedades
tu lecho de
sueños perdidos
©Mercedes
Mayol
20-05-2012
Y el dijo. El olvido no existe, solo el sueño de cada día, que como un velo oculta la intensidad del llamado del alma.
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