Si extrañarte fuese pecado,
ardería en este instante en las entrañas de una hoguera…
Sutil y silenciosa mi alma inhala los suaves acordes de tu imagen naufragando en mis recuerdos
Tus manos, ahora lejanas,
navegan aun por mi piel dejando tras de si los rastros de miel y barro que solo tu puedes dibujar en mi cuerpo.
Inerte y sin sentido mora mi piel en este hogar que no comprende de ausencias,
hoy mis labios impacientes reclaman al cielo el milagro de tu boca.
Que poción es esta, que dulce conjuro has derramado dentro mio,
que este corazón ha sucumbido sin remedio ni virtud a tu voz,
que sedosa y susurrante,
descubre en mi cada secreto y deseo escondidos tanto tiempo en mi cuerpo.
Tu alma me ha hechizado y aquí estoy,
en esta espera sin retorno,
mis ojos fijos en el cruel horizonte,
acariciando con mis manos hoy vacías,
la brisa que murmura tu nombre,
sumergida en el recuerdo de tu cuerpo anidando en este…
tu hogar y mi mas dulce condena.
©Mercedes Mayol
22-08-2011
acariciando con mis manos la brisa que murmura tu nombre... esta frase ya garpa el poema. Felicitaciones!
ResponderEliminarJose Luis Juresa