En el valle de la vida, estás tu…
Detrás de mi, sosteniendo mi alma con tus alas de águila errante
Corriendo detrás de las luces me has visto partir, altiva y orgullosa hacia esa hoguera de experiencias vanas y huecos paisajes que aparecen frente a mí.
Me ves caer, levantarme, tambalearme y continuar con las rodillas laceradas y el alma rota, sufres en silencio y aun así esperas, a pesar de saber que todo sendero que se transita con la mirada ciega de arrogancia, solo conduce al precipicio del dolor, y aun así…esperas.
Sonríes con el viento, inhalando el dulce aroma de mis alas chamuscadas…
Hay momentos en los cuales solo puedo vislumbrar los destellos de tu dulce mirada, mas mi fuerza indomable me impide volver atrás a buscarte, como un caballo desbocado huyo de todo, de ti, de mi, hacia un horizonte aciago al que me arrojo revestida de orgullo, pues me resisto a los sueños inalcanzables, a los abismos oscuros, a las sombras largas de los soles moribundos…
Yo reina y Diosa de este feudo de mentiras e ilusiones huyo, agazapada, tejiendo y destejiendo las hebras de mi vida intentando encontrar en ella un sentido que me permita descansar…y tu…esperas…
La duda me ataca, me subleva, me enfurece, extiendo las alas de la venganza ciega y pueril, tomo entre mis manos la estaca exangüe del remordimiento y atravieso la membrana de tu frágil corazón, mas la sangre brota de mi pecho y no logro comprender el sentido de la derrota.
Temo mirarte y no encontrarme en ti, como aquellos seres que carecen de reflejo, silentes y carentes de vida…
y tu…me ves, me sufres, me amas, me esperas…
sabes algo que yo no se,
comprendes el lenguaje secreto de mi sombra,
le hablas, le susurras, la atormentas para que me deje partir,
mas no es ella si no yo la que resiste soltarse,
pues temo caer y que no estén tus brazos para recibirme…
la fragilidad carece de valor, el cáliz se vacía y se llena segundo a segundo con tu aliento
y temo necesitar de ti, de tu risa, de tu alma…
mis manos se aferran a la oscuridad y el sendero se hace largo y tortuoso.
Escucho tu voz, mas parte de mi se niega a oírte, esa parte que lastima y es lastimada por su propia ignorancia…
el perdón no busca recompensa,
mis ojos no desean tus lágrimas y sin embargo
las arranca en esta guerra sin sentido ni final.
Puedo arrodillarme ante ti,
y aun así levantarme y golpear tu rostro con solo una palabra…
incoherente verdad la de la femineidad sin calma…
Mis labios claman amarte y mi rebeldía dominarte,
es una lucha cruel, donde se crucifican los sentidos,
donde una loba solitaria aúlla a la luna
reclamando un compañero capaz de apaciguar los latidos de su voraz corazón que no entiende de ternuras,
pues teme rendirse, extrañarte, perder
y reconocer que en ese páramo no existe nada que no sea su propia soledad.
Las horas pasan y tu esperas…
A que vuelva, a que siga, a que comprenda, a que regrese.
Esperas y amas eso que ves y que el destino me ha ocultado tras los muros de una humildad fingida.
Mis alas se despegan lentamente del fango que destilan las sombras…
Por favor Dios mío…no dejes de esperar…
©Mercedes Mayol
Copyright 05-10-2011
la amistad dura para siempre y siempre se puede volver a ella, el amor que no parte asi está condenado al fracaso, el amor no puede ser odioso, puede que no sea tranquilo ni pacifico pero no puede ser odioso y desconfiado, asi nada partirá, y en cualquier caso, si parte así, mejor que no parta, ya que será de perjuicio para ambas partes. Saludos
ResponderEliminarq senderito el q muestra señorita, debe ser todo un paseo saber de quien son esos suspiros!
ResponderEliminarmuy lindo escrito
ResponderEliminarMeee encanta! es muy tierno y cierto.. real amor sin ataduras ni exigencias mas qe el amor mismo, el qe te deja pensar, sentir y hacer libremente.
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