Raras veces salía de mí
Desde dentro,
Observaba el mundo
A la espera de eso que
Me asombrara
Me sorprendiera
Solo entonces me separaba de mí
Piel e instinto cruzaban la frontera
Rodeaban el abismo con sus largas piernas
Caminaba por las brasas
Me quemaba los pies
Y creía que eso era estar viva
Me enamoraba
Sufría
Rompía
Y me quedaba llorando al hombre de mi vida
Me volvía a enamorar
Y el ciclo se repetía
Una vuelta
Un precipicio
Una caída
Otro hombre de mi vida
Eterno retorno a una prisión sin recuerdos
Hasta aquel día
En que justo un segundo antes
Contuve la frase en la punta de mi lengua
E hice enroque
Sentencia por pregunta
Quid pro quo a mi sombra
Oye Julieta!
Cuantos hombres de tu vida tienes?
Me miré en el espejo
Solté una estruendosa carcajada
Me vi tan hermosamente ridícula
Que me enamoré de mí
Y desde entonces
Soy la mujer de mi vida
©Mercedes Mayol
Copyright Buenos Aires
19 de enero de 2013
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