
Hoy me encontré con un conocido al cual hace mucho no veía.
Me preguntó que hacía de mi vida y le conté sólo un poco. Entonces soltó la frase matadora:
Vos sí que tenés suerte…!
Y yo lo miré, parada en medio de la estación de trenes a las
10 de la mañana, los pelos chorreando agua porque llovía a cántaros y me había
mojado hasta las medias, levantada desde las 6 am, rumbo a la segunda reunión
del día, mientras en el camino enviaba y...