viernes, 15 de noviembre de 2019

Tiempo fuera

Posted by Mercedes Mayol 3:03:00



Comencé a hojear mi vida. Hoy. Ayer. Antes de mí. Después de mí. Dentro, fuera y detrás de mí.
Caminé siempre a tientas, ciega, sin forma ni sentido, con miedo, furia, recelo.
Vagabunda errante y errada, pretenciosa e ignorante.
Valiente y ausente. Indómita y resiliente.
Puse la otra mejilla.
Callé antes de esperar. Esperé antes de callar.
Grité cuando debí haber callado.
Me arrepentí después de haber gritado.
Lastimé y me lastimaron. Me ofendieron y ofendí.
Caí de mi orgullo.
Me arrastré.
Las rodillas raspadas.
La vergüenza.
Pantanos de sueños irreales parieron monstruos y realidades.
Devoré mariposas y vomité murciélagos.
Ay Caronte! me encontraste y me perdí.
Tomé la mano extendida y en algún momento la mordí.
No podía ver lo que esos ojos decían ver en mí, pero acepté mi ceguera, el dolor y te seguí.
Perderme fue mi camino.
Hoy hojeando mi vida vi, con mis propios ojos, estos, los míos:
Que veo, siento, estoy viva y ya no temo sentir.
Eram quod es, eris quod sum.


©Mercedes Mayol
Presente continuo
15-11-2019



lunes, 4 de noviembre de 2019

Soufflé de rosas

Posted by Mercedes Mayol 1:25:00


Cuando una obra es extraordinaria, entrás a un teatro o a las páginas de un libro y los sabés, lo sentís: no hay escapatoria, no se sale, no se vuelve, al menos no ileso.
Eso me pasó con Soufflé de rosas, la obra de teatro dirigida por Klau Anghilante y escrita por Cristian Cortés Galecio que se estrenó hoy en el @elvitralteatro con esta tremenda historia de dos mujeres, dos amigas, dos seres que se enfrentan a realidades tan distintas que se hieren y a la vez se espejan. El debo ser, los mandatos familiares, los prejuicios, la ceguera, la negación, la risa y la angustia de una existencia a veces autoimpuesta, se abren camino en ese escenario, intentando desandar los pasos que las protagonistas (Y nosotros mismos) dieron a tientas, para desprenderse de esa soledad que las habita aun estando juntas.
Cada escena es magnífica, estalla como esquirlas de un espejo roto, en donde todas las mujeres sentimos el dolor de vemos reflejadas de una forma u otra en esa lucha por arrancar los jirones que aún restan de una sociedad patriarcal que se niega a abandonar esta piel que nos protege, nos atrapa y a la vez nos exilia.
La puesta en escena es una obra de arte en sí misma, el vestuario, las luces, el sonido, la música y las actuaciones de actrices tan jóvenes como Mai Danchuk, Lulu Ney, Candela Cano, Ludmila Chernomoretz y Agostina Franco Bec impactan con su talento y sensibilidad. Todas y cada una componen una sinfonía, una coreografía dulce y dolorosa que deslumbra y hermana.
Advertidos están: Es imposible salir ileso de esta obra.
Decía Jung: El encuentro de dos personas es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman. Eso fue lo que sentimos, vibramos y sufrimos frente al escenario: Una transformación ineludible que nos condujo en un viaje hacia algún punto de nuestra propia historia, y esa transformación se reflejó en las risas, las lágrimas y en los aplausos espontáneos que no cesaron durante más de cinco minutos ininterrumpidos.
El arte es y debe actuar como la consciencia de la sociedad. El arte es denuncia, concepto, rebeldía y fuerza, y Peras al Olmo , ¡chapeau!, lo está haciendo realidad.
Pueden verla todos los domingos de noviembre a las 15 hs. en el teatro El Vitral:
Rodriguez Peña 344 a pasos de la avenida Corrientes.

Mercedes Mayol



lunes, 24 de junio de 2019

Siembra

Posted by Mercedes Mayol 13:12:00


Ya lo decía mi mamá cuando la tía Clotilde me mandó a estudiar periodismo a Buenos Aires, y lo más cerca que había llegado era a la aspiradora de la redacción del diario.
Y ahí estaba limpia que te limpia mirando a esa pobre chica tan triste y sola que me partía el alma. La pobre pasaba los días en ese escritorio adornado con porcelanas de gatitos y bailarinas y una maceta con una flor de plástico. No tenía ni una sola foto de nadie que la quisiera la pobre. Rubiecita y chiquita como una de esas muñecas de las juguetería que le mandaba a mi sobrina la Nelly cada vez que cobraba el aguinaldo, pero triste.
Como todas las noches después de que se iba, me ponía a limpiar el escritorio y me esmeraba ahí más que en cualquier otro a que le quedara bien lindo para darle aunque sea una alegría a la Carolina. Ella me trataba re bien, aún con esa sonrisa triste que tenía siempre me trataba bien y se acordaba de mi nombre. Decía, gracias Matilde, buenos días Matilde, buenas noches Matilde. Siempre tan buena ella, no como el de policiales que es un viejo malo y baboso. A ese le limpio lo justo e incluso le cambio las cosas de lugar cuando puedo aunque después putee y pregunte con esa voz de fumador asqueroso ¿Quién contrató a esta negra retardada?. Así me dice, negra retardada.  Yo sé bien quién es quién en este lugar. Lo tengo bien clarito y si el viejo me pide un café, se lo escupo antes de dárselo. Justicia divina. Ya lo dice diosito en la biblia: Recogerás lo que entierres.
Y así fue.  Anoche la vi irse llorando y en un acto, reflejo de la angustia por verla así, enseguida me puse a limpiar su escritorio. Le pasé la franela a cada una de las figuritas de porcelana, le pasé el Blem a la florcita de plástico hasta que quedó bien brillante y hasta limpié con limpiavidrios al monitor de la compu. Después levanté el teclado para limpiar abajo y fue entonces que sucedió. La pantalla se prendió y la carta estaba ahí a la vista de cualquiera. No tendría que haber leído pero me dio un saltito en el corazón de la emoción como cuando una ve una señal del cielo. Siempre estaba apagada y anoche se prendió solita. Si eso no es una señal, no sé qué sea. Y la carta decía así.
Mi amada Carolina
Hoy te vi pasar otra vez y desee con desesperación tenerte cerca para decirte todas las cosas que siento. Ambos estamos solos y somos incomprendidos. Esta distancia no hace más que acrecentar el dolor y la ansiedad de nuestra ausencia. Como siempre, me dejé llevar por el ensueño de tenerte solo para mí en un lugar donde nadie pueda interrumpirnos, pero como dije en las cartas que te he enviado, esto es un acto de a dos. Una palabra tuya y juro que nadie más te hará sufrir.
Tuyo siempre
G.
P/D: Lamento mucho lo de tu gato. Se lo que significa para vos.
Si hasta me la acuerdo de memoria de tantas veces que leí el mail del tal G con el corazón latiéndome como un loco, casi que podía escucharlo mire. Imagínese, dos almas solitarias sin amor separadas por el capricho del destino como diría Corín Tellado. ¿Por qué debería estar tan sola y triste con el amor llamando a su puerta? ¡Cuánto amor desperdiciado! por timidez más que seguro, porque otra explicación no había. Y él, ¡que caballero! No se iba a acercar salvo que ella le diga que sí. Hombres así no se consiguen fácilmente, no señor, este era un caballero enamorado y sensible que se conmovía hasta por lo que le pasaba al gato. Ya quisiera yo encontrar uno así y no como Ramón que solo piensa en comer y emborracharse en el bar mientras juega billar con los amigos. No señor, este no es como Ramón, es un hombre de verdad. Eso pensé y seguí limpiando y se me fue la cabeza imaginando a esas dos almas solitarias encontrándose en la plaza, besándose y llevando al gato al veterinario juntos de la mano. Las despedidas a la mañana en medio de risas y besos. Los paseos en bicicleta por Palermo. Si hasta me lo imaginé a él arrodillado pidiéndole matrimonio y la cara de felicidad de la pobre Carolina al decir que Sí. ¡Si quiero G. si quiero!
Y mientras tanto seguía limpiando, soñando y volvía a releer la carta y esa flechita que decía responder en la pantalla.
Cuando terminé de limpiar llamé a la Clotilde y le conté todo. Fue claro como el agua, era el destino. Diosito me había puesto allí por una única razón como decía ella, así que fui hasta el escritorio, escribí sólo una palabra: Sí y apreté la flechita de responder. Ahí fue derechito la flecha de cupido directo al corazón de G y Carolina.
Así como se lo cuento fue, comisario. ¿Cómo iba a saber yo, una humilde limpiadora que el tal G era un tipo que la perseguía y la iba a matar como había matado al gato?
¡Que tragedia!
No, si ya me lo decía mamá cuando la tía Clotilde me mandó a estudiar periodismo a Buenos Aires, el camino del infierno m´ija, está sembrado de buenas intenciones.
©MercedesMayol
Copyrigth Buenos Aires, 2019

sábado, 22 de junio de 2019

La magia del miedo.

Posted by Mercedes Mayol 18:10:00


Se abre la puerta 
Y la tentación sintáctica suspende el aire 
que sabe a electricidad y viento frío
Te siento más que escucharte 
Te acaricio sin rozar tu cuerpo revestido de historias
Y te saboreo, 
en esta copa de vino negro y dulce con el sabor inefable de las almendras amargas
Y mientras tanto, te retengo en ésta mirada que sé
(por suerte o cobardía),
no sos vos. 
Y sin embargo te siento.


©Mercedes Mayol





miércoles, 23 de enero de 2019

Dragonfly

Posted by Mercedes Mayol 23:28:00


Estoy construida de cenizas
De secretos que susurran en mi almohada
De verdades que se ahogan en silencio
El silencio que amordacé en la caída
Soy aquello que he callado y he gritado
Una soga que se acorta con el tiempo
Estos pies y este sendero solitario
En el que me postré por amor
Ante la duda y la muerte
Soy la cicatriz en el sino
La represa que construí con heridas
Una inmensa verdad
Que se agita en el viento
Soy…
Las letras que no escribí
Las palabras que callé
Mi verdad y también mi mentira
Soy lo que pude ser
Con las cenizas que me anidan

©Mercedes Mayol

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