
Escucho tus pasos en la escalera esperando en estas sombras
que habitan mi agonía.
El tiempo se detiene cuando estás aquí. Nada se compara a
esta sensación de angustia que corroe mis huesos, ni a estas mariposas amargas
que tiemblan en mi vientre, ni a este sabor informe que llena mi boca dejándome
paralizada. No, nada se compara a vos, me lo dejaste muy claro.
La puerta se abre y tu sombra me ahoga antes que tus manos. Las
piernas se me...