viernes, 29 de octubre de 2010


Hay gente...que sin saberlo marca la vida de uno para siempre...con pequeños gestos, que suelen ser en verdad gigantes para el alma de un niño...

Anoche, falleció uno de estos seres maravillosamente inconcientes de lo que sus actos marcaron en mi alma...Mi abuela Chiquita...

La Chiqui no era una mujer común, no…distaba mucho de lo simple, lejana de lo convencional, intensa y pasional…hizo lo que quiso y como quiso durante toda su vida, alguno podrían criticarla por su manera de ser, otros la admirarían, algunos la amarían y otros la odiarían…pero lo cierto es, que nadie podía dejar de notar a mi abuela…era una de esas personas que no pasan desapercibidas en el mundo…una de esas personas…que son capaces de marcar a fuego a otro ser con un simple gesto.

Yo viví un corto tiempo con ella cuando tenia 5 años, pero en ese tiempo, la Chiqui, me enseño a soñar…a ella le debo esa capacidad…por que ella me enseñó que es posible tocar el cielo con las manos…si.

Ella vivía en Misiones, en un pueblo llamado Candelaria, es un lugar de vegetación exuberante... como ella, claro, por que ¿donde mas podía vivir una mujer de tal intensidad?…La noche allí era un sueño en si misma, el manto de oscuro terciopelo se cubría de estrellas fugaces y mi abuela…pues…ya dije, no era un ser común... mientras me cantaba la canción del caracolero, que aún resuena en mi cabeza, me decía:

- Oye…mira el cielo, están cayendo las estrellas, ve a buscarlas al jardín a ver si encuentras alguna..

Y yo corría con el corazón desbocado a revisar el húmedo césped... y siempre... siempre encontraba una estrella, brillante y pequeña que me asombraba y me llenaba de felicidad, la tomaba en mis manos y volvía a ella para mostrarle el tesoro que el cielo nos había enviado…

No, no estoy delirando...en verdad encontraba estrellas en el jardín...solo que muchos años después me di cuenta, de que mi abuela repartía en el cesped, pequeñas piedras de strass, esos pequeños diamantitos de fantasía para que yo los encontrara.

Solo pude decirle una vez, lo que esto significó para mi, por que luego de ese tiempo nos vimos muy pocas veces debido a la distancia y el devenir de la vida…una vida... que sin ese milagro que ella me regaló, hubiese sido amarga…Por que a partir de ese momento, nada..nada me pareció imposible…por que si puedes atrapar una estrella con tus manos...no existe nada en este mundo que no puedas lograr…

Hoy mientras pensaba en ella…mientras recordaba ese pequeño y enorme momento que compartimos…decidí que no me vestiría de negro…no, hoy me vestí de rojo…en honor a ella…en honor a su intensidad, en honor al fuego que corría por sus venas…en honor a su manera única de devorarse la vida…Hoy abuela, me despido por un tiempo de ti, por que se que mas tarde o mas temprano nos encontraremos…no se si en el cielo sabes?... por que en verdad ni tu ni yo somos mujeres convencionales…pero Abue..estate segura, que donde sea que nos encontremos...allí…volveremos a tocar el cielo con las manos, a robarnos las estrellas…y a cantar la Canción del Caracolero a viva voz, juntas las dos…

Solo me resta decirte…gracias…por que sin tu intensidad…esta mujer no habría aprendido nunca a soñar…

Mercedes Mayol

13-10-2010


3 comentarios:

  1. ***Que belleza,me trae a la mente a mis abuelas, que también con su magia única, que solo las abuelas pueden tener, Y NO TODAS, marcan de alguna manera con estrellas el sendero de nuestras vidas, y nos ayudan a formar un cielo propio, lleno de sueños y cosas maravillosas que nunca olvidamos. Precioso recuerdo el que compartís, mágico, único y emocionante. Ana Laura

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  2. Realmente hermoso..... me lleno la mente de recuerdos y el corazón de emociones. Yo tengo aún a mi abuela.... y es muy similar a como la describes, marco mi vida, mi forma de ser, con cosas buenas y con algunas no tan buenas, pero le doy gracias por lo que soy
    Sigue escribiendo así, llenando el corazón de todos y todas las que alguna vez te leímos
    Carla (Sucre, Bolivia)

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  3. Me alegra saber que aun existen seres que pueden marcar el corazón con su belleza...eso es lo que hace que la vida...valga la pena. Un beso muy grande para Carla y Ana

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